El Bajo de San Isidro y las elites. Modernización, imaginarios geográficos e identidades de un paisaje de privilegio en tensión (1850-1940)

Resumen

Las elites porteñas comenzaron a vincularse con la zona del Bajo de San Isidro a finales del siglo XVIII, pero es en el período que transcurre entre las décadas de 1850 y 1950 cuando estos grupos pusieron en valor de manera más significativa a ese paisaje a través de su modernización, configuración de nuevos imaginarios geográficos y elaboración de una identidad excluyente. Esos procesos posibilitaron que los grupos más poderosos adicionaran grandes extensiones territoriales a sus propiedades sobre las barrancas (el Alto), al tiempo que condujeron a una elitización del paisaje de esa franja ribereña, con la que determinadas formas de uso y apropiación material/simbólica de ciertos atributos naturales quedaran enlazadas con la identidad de esos grupos. Los intentos de producción de un paisaje de privilegio no estuvieron ausentes de tensiones ante la presencia de grupos sociales considerados subalternos y de actividades productivas que las elites buscaron desplazar o invisibilizar. En el Bajo de San Isidro, los cambios materiales y simbólicos llevados adelante por las elites activaron el pasaje entre un paisaje predominantemente productivo, marginal, de naturaleza “amenazante” a otro preferentemente recreativo, moderno y de naturaleza embellecida, en el que ciertas condiciones naturales y grupos sociales menos favorecidos fueron excluidos