Este trabajo describe y analiza los procesos formales e informales de selección utilizados por el Partido Popular y por el Partido Socialista Obrero Español para determinar el nombre de quién habría de encabezar la candidatura a la Presidencia del Gobierno de España en las elecciones de marzo de 2004. La comparación nos permite afirmar que, pese a prever formas distintas en ambos casos, se dio un bajo nivel real de inclusión democrática. Para preservar la cohesión interna y fortalecer el liderazgo de los partidos se optó por el centralismo en la toma de decisiones, por la eliminación de una competencia efectiva entre candidatos y por la reducción del número de los participantes en la selección.