El 2006 parece marcar el final de una era política en Costa Rica. En las elecciones de febrero los electores castigaron al sistema bipartidista dominante en las últimas décadas. El nuevo gobierno formó una heterogénea coalición parlamentaria de centro-derecha para aprobar sus prioridades políticas. En el marco de un sistema institucional con múltiples puntos de veto se abre una etapa de incertidumbre política.