Durante 2008 Bolivia fue sacudida por conflictos políticos en el contexto de una institucionalidad cada vez más debilitada. Tanto el gobierno como la oposición hacían uso frecuente de acciones extrainstitucionales y en septiembre la masacre de una marcha de simpatizantes oficialistas en el departamento de Pando demostró la capacidad de violencia presente en la política del país. Sin embargo, durante el año el sistema político también mostró su capacidad para encontrar soluciones en el último momento. Ya en octubre, gobierno y oposición lograron un acuerdo sobre el tema que había estado en el fondo de los conflictos durante el año; la propuesta para una nueva constitución política. Eso permitió que Bolivia cerrara el año 2008 con más tranquilidad, aunque con una multitud de temas y conflictos todavía sin solucionar.