Durante el 2008 la dinámica del país giró en torno a los preparativos electorales de los segundos comicios generales de la postguerra interna. En estos deberá renovarse el Poder Ejecutivo, redefinirse la composición legislativa, elegirse nuevos diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN), así como a los alcaldes de los 262 municipios del país. Lo cierto es que el ambiente preelectoral, las campañas partidarias y, sobre todo, la contienda por la presidencia marcaron el discurso y comportamiento político de todos los sectores de la sociedad. Así, al finalizar el año, El Salvador observaba signos claros de una agudizada polarización política, que ni los primeros efectos locales de la crisis financiera internacional lograban diluir, y se preparaba para entrar en la última recta de lo que se perfiló como una contienda histórica por la presidencia que dibujaba, por vez primera en 20 años, la posibilidad de alternancia.