Como medidas de mitigación del cambio climático, los impuestos al carbono deben asignar equitativamente las cargas asociadas con la descarbonización y, al menos, deben evitar perpetuar grandes desigualdades en el acceso al carbono. Si bien varios esquemas populares de impuestos al carbono incorporan ajustes redistributivos como “feebate” u otros diseñados para compensar los impactos regresivos del aumento de los costos de la energía, buscando neutralizar la inequidad en la distribución de la carga de tales políticas, también pueden contribuir a inequidades en el acceso al carbono, que constituyen un segundo tipo de inequidad que los esquemas de compensación pueden no neutralizar. La atención a los principios de reparto de recursos que capturan este último objetivo de equidad sugiere una comparación entre los esquemas de racionamiento aguas abajo que asignan el acceso al carbono entre las personas y en el punto de consumo, incorporando así la equidad en el reparto de recursos, y los esquemas de fijación de precios del carbono que requieren modificaciones extensas para aproximarse a tales ideales de equidad. En este artículo, comparo los dos con el propósito de enfocarme en esta segunda preocupación de equidad, a menudo descuidada, en el diseño de esquemas de fijación de precios del carbono, como los impuestos al carbono, así como en incorporar otras ventajas relacionadas con la justicia del racionamiento aguas abajo en dicho esquema.